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SUIZA. La conferencia de paz para Siria, conocida como Ginebra II, se abrió ayer con la presencia de delegaciones de 39 países, que llegaron a la ciudad suiza de Montreux para manifestar su respaldo a la iniciativa para detener la guerra civil en ese país árabe.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, inauguró la sesión seguido del presidente de Suiza, como país anfitrión, Didier Burkhlter, ante la presencia de los jefes de la diplomacia de Rusia, Estados Unidos y Siria, así como el presidente la alianza opositora siria, la Coalición Nacional Siria.
Ban Ki-moon pidió aprovechar la gran oportunidad de la conferencia. "Después de casi tres dolorosos años de conflicto y de sufrimientos en Siria, hoy es un día de esperanza. "Tienen una gran oportunidad", declaró.
DIFICULTAD
Manteniendo una línea escepticista, el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov señaló que las negociaciones no serán sencillas ni rápidas. "Hay una responsabilidad histórica sobre los hombros de todos los participantes", dijo.
La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, al igual que Lavrov advirtió de que los objetivos que se pretenden lograr no son fáciles, por lo que los avances serán lentos. "Todo progreso, aunque sea pequeño, será bien recibido, incluso si no son suficientes", indicó Ashton.
Para Ashton, la prioridad de estas conversaciones debe ser "aliviar el sufrimiento" de la población siria y allanar el camino hacia una transición política en el país". "Todos nosotros, aquí presentes, somos responsables del futuro de Siria en el apoyo a este proceso", indicó. Sobre el compromiso de la comunidad internacional en el fin del conflicto, Ashton alabó el "tremendo esfuerzo" de los países vecinos que están acogiendo refugiados, cuya cifra supera los 2.3 millones de personas, de los que la mitad son menores.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Laurent Fabius, también apuntó las dificultades y subrayó el compromiso de su país con sus objetivos y su apoyo a la Coalición Nacional Siria (CNFROS), la principal alianza opositora legitimada por la comunidad internacional y que participa en estas negociaciones.
Fabius remarcó la responsabilidad del régimen en el ataque químico, ejecuciones masivas, hambrunas organizadas y "otras monstruosidades".
AL BORDE DEL "COLAPSO"
Las posiciones encontradas respecto al futuro del presidente Bashar Assad, amenazaron con colapsar las negociaciones.
En su breve discurso, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry insistió en que la única opción que ven es negociar un Gobierno de transición nacido por consentimiento mutuo, lo que significa que Bashar Al-Assad no será parte de ese Gobierno de transición.
"No hay forma, ni una forma posible, en que un hombre que ha encabezado una respuesta brutal contra su propio pueblo puede recuperar la legitimidad para gobernar", manifestó.
Apoyando la postura de Kerry, el jefe de la coalición de la oposición siria, Ahmad Jarba, pidió al presidente sirio que entregue su poder a un gobierno de transición. "Pido a la delegación del régimen que firme inmediatamente el documento de Ginebra II, que prevé el traspaso de las prerrogativas de Assad, entre ellas las del ejército y de la seguridad, a un gobierno de transición", afirmó Jarba. "Cualquier discusión sobre la permanencia de Assad en el poder significaría el fin de las negociaciones", concluyó.
Estas posturas sobre la exclusión de Assad desataron la furia del ministro del Exterior sirio, Walid al-Moallem, quien dijo que los terroristas y la intervención extranjera han desgarrado a su país. Ante tales declaraciones, Ban Ki-moon le pidió dejar el podio, algo que Moallem se negó a hacer. "Usted vive en Nueva York, yo vivo en Siria", dijo con furia a Ban Ki-moon. "Tengo el derecho de presentar la versión siria en este foro. Luego de tres años de sufrimiento este es mi derecho".
La tensión desbordaba la sala y Al-Moallem insistió en que sólo los sirios pueden remover a Assad y acusó a occidente y los países vecinos, especialmente a Arabia Saudí, a la que no nombró, de entregar dinero, armas y combatientes a los rebeldes.
"Occidente dice combatir al terrorismo públicamente, pero en secreto lo alimentan", manifestó. "Los sirios en esta sala han participado en todo lo que pasó, pusieron en marcha el derramamiento de sangre y todo a expensas del pueblo sirio al que dicen representar", apuntó.
En la misma línea, el ministro sirio de Información, Omran al Zohbi, sugirió que apoyar a la oposición significa apoyar a Al Qaeda."Asad no se irá", Si quieren apoyar a Al Qaida, adelante", declaró.
Por tanto, luego de tres horas de conversaciones, ambos bandos parecían estar más alejados que nunca. "Verdaderamente necesitamos poner atención a la realidad", sostuvo John Kerry.
Ahora, habrá que esperar para ver si estas negociaciones llegan a algún puerto, o por el contrario, quedan en el aire.