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El secretario de Comunicaciones del gobierno, informó que se dedicará a capacitar emisarios, llamados "gladiadores", cuya misión será divulgar y defender la gestión de gobierno del presidente Ricardo Martinelli.
Estos voceros, asistirá a los medios y sectores de la sociedad, con el propósito de "vender una imagen positiva" del gobierno.
Esta estrategia que pretende implementar el gobierno, como táctica oportuna de una solapada campaña, frente al 2013, año preelectoral, se puede percibir, que es concebida como la panacea que frenará las constantes críticas que se hacen a la administración Martinelli. Es importante conocer cuántos millones de dólares costará esta aventura, que obviamente se subsidiará con los impuestos que pagamos los panameños.
Según informaciones publicadas, el gobierno Martinelli presupuestó para el año 2011 nada menos que 40.5 millones de dólares para publicidad (televisión, radio, prensa y publicidad exterior); 9.3 millones más que en el 2010.
Ahora, téngase presente que el gasto real del gobierno, en publicidad, no es conocido, producto de la falta de transparencia, sin embargo fuentes extraoficiales afirman que rebasan los 100 millones de dólares.
Por otra parte, tanto la iglesia católica como los sectores organizados de la sociedad, políticos de oposición, así como instituciones y organizaciones no gubernamentales, hacen llamados de atención y critican fuertemente la exagerada erogación de fondos del erario público destinados a publicidad.
Es excesiva la propaganda sucia y de confrontación para atacar a adversarios políticos, o miembros de diferentes organizaciones de la sociedad civil, entre otros a los periodistas que expresan puntos de vista antagónicos al actuar del gobierno.
Otro aspecto a considerar es la actual restricción del gasto público, debido al faltante de 400 millones de dólares, para cubrir las necesidades presupuestadas en el 2012, argumento que riñe con aventuras improductivas como la de los gladiadores, que en nada benefician a la sociedad.
De igual manera, el crecimiento económico continúa favoreciendo a un reducido sector de empresarios y políticos, mientras que la población trabajadora afronta la disminución de su poder adquisitivo y con ello el desmejoramiento de su calidad de vida.
Estas realidades evidencian la ausencia de políticas de Estado que nos lleven a alcanzar un desarrollo humano, que nos aleje de medidas populistas, como los subsidios, cuya única función es crear dependencia en la población y favorecer la permanencia de figuras políticas en el poder.
La situación descrita, sumada a la desfachatez de políticos, que lo único que buscan es acomodar las leyes, para seguir disfrutando de las prebendas que se otorgan mediante el acomodo de las leyes, sin importar el bien común de la sociedad. Son los verdaderos causantes del desprestigio del gobierno.
Ahora, con su grupo de emisarios, mal llamados "gladiadores", ratifican los "call centers", evidenciando mercenarios de la pluma o el micrófono.
Este entorno con mucha seguridad, viene afectando la imagen de un gobierno, que en campaña electoral prometió cambios positivos en la administración del Estado y que, en tres años de gestión, ha repetido y hasta profundizado la conocida conducta de corrupción y oportunismo de los partidos que le antecedieron.
Razón por la cual viene perdiendo credibilidad frente a la población. Es hora de dejar atrás invenciones improductivas y hacer cambios positivos y productivos.
ECONOMISTA Y EDUCADORA.