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EEUU. Desde sus inicios el Comando Sur ha operado en Centroamérica y el Caribe para proteger a Estados Unidos y hacerle frente al narcotráfico. No ha sido una labor fácil, ya que hacia este país norteamericano, por ser uno de los más consumidores, es donde se dirige el mayor flujo de droga.
En sus estudios han determinado que en países de América donde existen gobiernos débiles, corrupción, pobreza, distribución desigual de riquezas e impunidad sus más grandes desafíos se centran en eliminar el crimen organizado transnacional (TOC), el tráfico ilícito, las pandillas, el narcoterrorismo y participar en ayuda cuando hay desastres naturales o alguna necesidad humanitaria.
El Comando Sur se ha adaptado a los cambios en América Latina y sin necesidad de tener bases como las que existían en Panamá en la Zona del Canal. Luchan por ser una organización interagencial que vela por los intereses de la seguridad de EEUU y la seguridad, estabilidad y prosperidad de las Américas.
Sus objetivos estratégicos son: 1-Defender a los EEUU. 2- Fomentar la seguridad regional y 3- Ser un compañero permanente para los gobiernos de América Latina.
CAMBIO DE RUTA
Antes la cocaína proveniente de Bolivia, Perú, Venezuela o Colombia llegaba a Panamá y luego era distribuida hacia EEUU. Ahora las cosas han cambiado. Honduras se ha convertido en el nuevo hub para las organizaciones narcotraficantes. El 85% de la droga destinada a EEUU pasa ahora por el país hondureño.
Así mismo ha subido el índice de criminalidad en ese país, con unos 20 mil homicidios entre el 2007 y el 2010.
CONCEPTO DE APOYO
Después de los ataques terroristas del 11 de septiembre en EEUU, el país se replanteó su política de relación entre el traficante de droga y el terrorista.
El nexo va ligado a los beneficios de la venta de droga, qua pasa a ser un capital activo para patrocinar y planificar cualquier atentado a los EEUU.
En el marco operacional, el Comando Sur —que solía tener su presencia más importante en Panamá durante los años 80 y 90, ahora con sede en Florida y con un nuevo nombre: (JIATFS, Joint Interagency Task Force South) que en español vendría siendo: Fuerza de Tarea Conjunta Interagencial del Sur— se dedica a apoyar la habilitación de las naciones socias y la seguridad regional entrenando y capacitando a personal local ante desastres y brinda programas de asistencia humanitaria.
Mediante el intercambio y el análisis de la información logra la localización y posteriormente proceden con las detenciones y el monitoreo gracias a operaciones coordinadas.
El JIATF South es una fuerza única de tareas conjuntas interagenciales con personal internacional y abarca todo los Estados Unidos y América Latina.
Sus Servicios Armados, Servicios Federales y de Inteligencia tienen presencia en la región y cubren 42 millones de kilómetros cuadrados en 30 países.
CONSUMO
Las últimas cifras indican que el consumo en los EEUU se ha reducido 1/3 en los 30 años, pero se estima que los principales carteles de la droga operan en más de 1,200 ciudades norteamericanas.
El presupuesto nacional antidrogas es de 25.2 millones de dólares anuales.
También EEUU gastó en el 2011 34.4 millones en preparación para casos de desastre y asistencia humanitaria en Centroamérica.
El 90% de la droga es cultivada y producida entre Perú, Bolivia, Colombia y Venezuela. 60% llega a México, 16% termina en el Caribe y 17% va hacia Europa.L
La colaboración del Comando Sur con el Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) y sus labores conjuntas han hecho posible que Panamá deje de ser el punto número uno de distribución de las droga hacia el mundo, aunque se cree que como las organizaciones criminales lavan el dinero ilícito aquí en el istmo pues esto reduce la actividad del narcotráfico para mantener las miradas hacia otro lugar.
Debido al incremento del tráfico de drogas y del financiamiento del terrorismo, existe una gran preocupación sobre el lavado de dinero en la región.
Dicha preocupación no es infundada, porque el lavado de dinero parece estar difundido en la región, y alcanza niveles del 2.5% al 6.3% del PIB regional.
El lavado de dinero en América Latina se ha convertido progresivamente en un problema mundial significativo, con graves repercusiones económicas y sociales.
La cooperación internacional se ha convertido en una necesidad crítica en la lucha contra este problema.
CARSI
El programa CARSI es un programa regional de seguridad integrado y colaborativo creado por EEUU como respuesta a los problemas recurrentes de la región y aprovecha acuerdos ya existentes con América Latina para entrar en acción.
A través de CARSI, Estados Unidos ayuda a los gobiernos de la región en su esfuerzo de recuperar las calles y crear un entorno de seguridad ciudadana.
CARSI ha puesto en marcha programas sostenibles y de alto impacto en la formación y profesionalización de la policía, así como en la lucha contra las pandillas, dotando a la policía y las fuerzas de seguridad.
Mediante el intercambio de información para investigar y desbaratar las actividades delictivas asisten en la interceptación de narcóticos, armas, grandes cantidades de dinero en efectivo y contrabando.
El programa CARSI ha destinado 496 millones de dólares a Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá para asistencia a las fuerzas del orden público y combatir contra pandillas y la delincuencia organizada.
También ha creado proyectos económicos y sociales para jóvenes en situación en riesgo en zonas adversamente afectadas por la delincuencia.
Los narcotraficantes y otras organizaciones criminales siguen estableciendo rutas de tráfico hacia América Central y dentro de ella, lo que conduce al aumento del consumo doméstico de drogas.
La amplia disponibilidad de las armas, entre las que se incluyen las que entran de contrabando en la región, aumenta la incidencia de crímenes violentos.
La expansión de las pandillas transnacionales y sus redes por toda América ha creado comunidades asediadas por el miedo, donde las pandillas de hecho dominan vecindarios enteros.
La delincuencia organizada pretende robar a los gobiernos los impuestos y derechos de importación al evitar las rutas legítimas del comercio, lo que reduce la capacidad del estado para financiar y proporcionar los servicios básicos a sus ciudadanos.
Además, esta disminución de la seguridad del estado impide a las empresas internacionales que inviertan en la región y limita el crecimiento económico.
INCAUTACIÓN DE DROGA
Panamá es el tercer país del mundo y el primero en Centroamérica en incautación de cocaína, según el Informe Mundial sobre Drogas de 2012 presentado por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD).
Según el estudio, Panamá decomisó 52 toneladas de cocaína entre el 2010 y principios de 2011, lo que equivalió al 8% del total decomisado en toda América, solo por detrás de Colombia y Estados Unidos, que se incautaron, respectivamente, de 211 (30 %) y 163 (24 %) toneladas.
Centroamérica fue la tercera región en el mundo en 2010 en cuanto a decomiso de cocaína, con un total de 87 toneladas (12%), solo superada por Suramérica, donde se incautaron 358 toneladas (52%) y Estados Unidos, con 176 toneladas (25%).
Entre 2004 y 2008 se incautaron unas 700 toneladas de cocaína en el mundo, 398 de ellas en la región centroamericana, de las cuales casi el 51% se decomisó en Panamá.