Panamá 8 de octubre de 2012
Señora Defensora
La compra de mil cascos a un precio súper inflado, a $476 la unidad, es casi cuatrp veces mayor que el precio vigente de $135 (mil unidades a $300 cada una, dejaría un beneficio de 300 mil dólares, y esto no es todo. Antes estaba la compra de las botas a un precio igualmente inflado. Y que no se nos olvide el caso italiano de los radares y los helicópteros, donde hubo sobornos y acusaciones diversas en ambas direcciones, y no se ha terminado de aclarar el asunto.
Allí también hubo sobreprecio y de bien generoso monto. La explicación ha sido en el caso actual, que buscaban calidad. Esto lo dijo el ministro de Seguridad. En los otros casos aquí mencionados, él era el actor principal, pero no tanto por sí y para sí, sino para su jefe, el cual guarda silencio y procede como si no hubiera ocurrido nada de qué preocuparse.
Uno se pregunta, si estas "operaciones" no hubieran sido expuestas por la prensa -cosa que hay que aplaudir- ¿qué hubiera ocurrido? Es fácil imaginarlo, las cuentas bancarias de los que compran hubieran recibido un baño de dólares libres de impuestos y controles.
¿Hasta cuándo vamos a vivir con este tipo de situaciones? Si quienes tienen la obligación de vigilar los intereses de la nación son precisamente los que atacan por cuenta propia que tienen a su favor el tiempo que todo lo borra, y en caso de que llegara la sangre al río, ya se han reorganizado para poder contar con el refugio que les proporciona el Parlacen. ,
REASEGURADOR JUBILADO
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