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La abogada Yara Ivette Campo B. se sintió afectada por una noticia publicada en el diario La Estrella y se dirigió al periódico en los siguientes términos:
"Siempre he admirado a aquellos cuya labor diaria es informar a la ciudadanía, objetivamente, del acontecer nacional e internacional. Pero en esta ocasión, con mucha desilusión, he leído la noticia que publica en el diario La Estrella, el día de hoy (3 de septiembre de 2012), en donde inmerecidamente, me califica de "síndrome", "incidente" e incluso de haber recibido el cargo de suplente de magistrada del Tribunal Electoral, como premio de consolación.
Permítame aclararle señor periodista, que nunca en mi vida, he recibido nada que no haya ganado con mi esfuerzo, trabajo diario y mi constante superación profesional.
En el año 2006, al igual que en esta oportunidad, acudí al llamado que hiciera la Corte Suprema de Justicia, para elegir a quien reuniera los valores cívicos, morales y la preparación académica y profesional necesaria, para ocupar el cargo de Magistrado (a) del Tribunal Electoral.
Como bien anoté en aquella ocasión, mi decisión de participar de la convocatoria, estuvo basada en mi compromiso permanente de transparencia, honestidad y dedicación en el ejercicio de mis actividades profesionales y personales , así como el seguir sirviendo a una institución a la que he dedicado los últimos 22 años de mi vida, en aras de una permanente consolidación democrática.
Luego de presentar mis documentos, me convocaron a una entrevista con el Pleno de la Corte Suprema de Justicia, al igual que al resto de los candidatos, y fui examinada, al menos durante un par de horas, sobre una diversidad de temas electorales, a los que pude responder con mucha fluidez.
En aquella ocasión, la Corte Suprema de Justicia apuntó al factor experiencia y eligió como magistrado titular a quien venía desempeñándose hasta ese momento como Fiscal Electoral y como suplente, a la suscrita, quien ocupa desde 1998 hasta la actualidad, el cargo de mayor jerarquía en la institución, luego de los magistrados, el de Director (a) Ejecutivo Institucional.
Finalmente, le invito a que revise un extracto de mi hoja de vida, la cual adjunto, para que juzgue usted el por qué me siento orgullosa de los logros que he alcanzado en mi vida personal y profesional, y aprovecho la ocasión para informarle que nuevamente he presentado mis documentos ante la Corte Suprema de Justicia, con el anhelo de que los actuales magistrados tomen en consideración la experiencia y logros profesionales, de quien próximamente sea llamado (a) a desempeñar uno de los tres cargos de mayor jerarquía en la institución que ha consolidado las bases de la democracia en que han nacido y en la que hoy vivimos usted, yo y miles de panameños".
Entrevistado el periodista, dijo que: "No es nuestra intención minimizar sus logros profesionales ni disminuir sus méritos. Los términos sobre los que nos hace su observación se refieren más bien a narrar una trama política en la que usted seguramente sin su consentimiento quedó involucrada. Al margen le ofrezco mis disculpas si los términos le causaron alguna incomodidad".
Analizando la misiva de la abogada Yara Ivette Campo B., ella menciona que está desilusionada por la forma en que se le trató en la noticia y en eso tiene razón. Es importante, no solo para los lectores, sino para las fuentes, escuchar la versión de todas las partes en la noticia.
Se trata de un principio obligatorio en el periodismo: escucharlos a todos.
Si Campo hubiese tenido la oportunidad de exponer sus argumentos no se hubiese sentido desilusionada, como lo comenta en su carta.
Les recuerdo a los periodistas que el equilibro en las notas lo da precisamente cuando en la producción de la nota periodística se incluya a todos. El principal beneficiado es el lector, que al recibir la información puede formarse su propia opinión sobre los temas.
Y en este caso era necesario hacerle una llamada a la abogada Campo.
La hora de cierre en los medios causa mucha tensión y presión, pero a pesar de ello, siempre será importante tomarse unos minutos para llamar a todas las fuentes.
Con respecto a la respuesta del periodista, lo considero noble y demuestra que no hubo intención de daño, y como defensora igualmente le ofrezco disculpas a la abogada Campos.
DEFENSORA DEL LECTOR