En honor a Marco Tulio Cicerón con sus discursos ‘Las Catilinarias’, se le conoce a los diputados como ‘Padres de la Patria’. Y es que Cicerón cuestionó duramente a Catilina por sus conspiraciones para dar un golpe de Estado en la Italia del año 63 a.C. ¿Merecen los diputados de hoy que se les llame ‘Padres de la Patria’? La pregunta tiene una rápida respuesta, pues los diputados de hoy no son los mismos de hace medio siglo, ni mucho menos los contemporáneos de Cicerón. No piensan en el país; piensan en su bolsillo. La última decisión fue legislar para protegerse de cualquier denuncia; no quieren que los investiguen al exigir la prueba sumaria en cualquier demanda contra ellos. ¿Cómo puede un diputado legislar para el resto de la Nación si no tiene autoridad moral para exigir a la sociedad lo que no permite para sí mismo? Vivimos tiempos difíciles, en los que la decencia, la moral y los buenos ejemplos no forman parte del léxico de los diputados. Solo queda que la sociedad reaccione y en las próximas elecciones sepa escoger a mejores representantes en la Asamblea Nacional. Los de hoy dejan mucho que desear, por su falta de altura y compromiso y de reconocer que primero está el país.
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