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PANAMÁ. Dos semanas antes de que se desencadenara el proceso revolucionario y el pueblo francés se lanzara a las calles a tomarse La Bastilla, desde ese centro penitenciario, uno de los reclusos organizó un mitin en su celda, se quejó de la situación imperante, arengó a los transeúntes e insultó a la monarquía. Ese incidente produjo el traslado del recluso, el marqués de Sade a otras instalaciones y evitó que al producirse la rebelión del 14 de julio, que cambió la historia del país, él se encontrara aún detenido en ese lugar donde escribió varias de sus obras. El marqués de Sade dedicó su literatura a analizar y combatir las costumbres tradicionales y en dos novelas Justine y Juliette hace una comparación de cómo la virtud lleva a una vida de infortunios, mientras que el vicio, conduce a una prosperidad. Dos hermanas son las protagonistas y encarnan estos valores.
La obra de Sade tiene una trascendencia porque utilizó el racionalismo para combatir una moral decadente, aunque su vida fue ejemplo de excesos que le llevaron a estar 40 de sus 74 años en prisión. Hoy, en el salón Boquete de Atlapa, a las 5:00 p.m., se realizará una conferencia sobre la obra literaria de este escritor francés.