Un tribunal chino declaró culpable de asesinato premeditado a la esposa del ex alto dirigente Bo Xilai, Gu Kailai, a la que impuso una pena de muerte suspendida, una condena que evita la ejecución. El tribunal indicó que aunque el asesinato del empresario británico merecía la pena de muerte, se optó por imponer una condena suspendida.
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