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PANAMÁ.
El tiempo que gasta Kathia en ir a la escuela y a sus clases de piano y visitar a su abuela es suficiente para que no pase mucho en su casa. Conoce a ciertas personas que residen en su barriada pero "si son cinco, es mucho", aseguró la adolescente de 16 años.
"Casi no salgo de mi casa, con quien más chateo es con mi vecina del frente. La tengo en Facebook, Twitter y en Whatsapp", explicó; creando la incógnita si eso quiere decir que mide la relación que tiene con su vecina en base a cuántos mensajes le manda — "No, a veces la veo, la saludo cuando pasa por aquí, pero es muy poco porque ella trabaja", aclaró.
Ejemplos como estos es a lo que se refieren los investigadores de la Pew Internet & American Life Project (PI&ALP), una organización estadounidense sin fines de lucro, que proporciona datos y análisis gratuitos sobre temas sociales, cuando aseguran que, "en la actualidad, mucha gente con teléfonos celulares prefiere enviar textos a realizar una llamada telefónica o hablar", y aunque por lo general se le adjudica este tipo de formas de comunicación a las nuevas generaciones "no se trata siempre de gente joven".
MENSAJERÍA INSTANTÁNEA
Según el estudio de la organización "entre más joven es la persona, más probable es que se prefiera enviar mensajes de texto en lugar de hacer llamadas", sin embargo las prácticas de mensajería instantánea se han vuelto tan importantes en los últimos años que, quienes no crecieron sabiendo acerca de ella, se han acoplado para establecer comunicaciones más rápidas e informales.
¿Y qué pasó con la comunicación verbal?
Según la psicóloga Carmen Anguizola, esta es una de las razones por las cuales "los padres que fueron criados como se dice en buen panameño " a la antigua", le prohíben a sus hijos tener teléfonos inteligentes o permanecer mucho tiempo sentados frente a las computadoras", y aunque la gente diga que son anticuados, esta medida algunas veces es la mejor.
Pues, mientras algunos argumentan ¿qué diferencia hay en la forma en que nos comunicamos, siempre y cuando lo hagamos? ella explica que estar frente a la persona con la que hablamos o simplemente escuchar su voz vía telefónica hace que las relaciones interpersonales sean más sólidas y veraces.
"Si escuchar a la gente o verlas, no fuera tan importante podría asegurar que las video llamadas o los correos de voz ya no existieran", comentó la psicóloga y agregó que "quienes ya no quieran hablar con sus amigos o con sus parientes podrían estar mandándole un mensaje subliminal a sus seres queridos en los que le dan a entender que ya no los quieren", en especial a aquellos padres que esperan pacientemente una llamada que pocas veces llega o de un par de novios cuya relación termina en "ya no me quieres ni llamar".
USO DEL SISTEMA
Un caso específico, de una persona que usa más los dedos que la boca para comunicarse es el de Lisa Auster-Gussman quien asegura que su vida está en poco contacto con los mayores y admite que "la mayor parte de mi vida se basa en el texto". Podría recibir un promedio de seis mil mensajes de texto al mes.
"Las interacciones no son nada más que lo que uno diría en una conversación casual", dijo Auster-Gussman; pero son constantes cuando no están juntos.
Recientemente, por ejemplo, ella fue al cine y cuando salió encontró 50 mensajes de texto esperándola en su teléfono. Mientras tanto, el verano pasado, cuando estuvo alejada de su novio, pasó días sin hablar con él por teléfono, pero se intercambiaron mensajes de texto varias veces al día.
"Ni siquiera está hablando con él realmente", recuerda ella que le decía su perplejo padre. "Pero yo sentía que estaba hablando con él todo el día, todos los días", dijo Auster-Gussman.
¿Existe alguna aversión a hablar por teléfono? No realmente, señaló. Es simplemente una preferencia. En el momento actual, es sencillamente lo que hacemos, agregó.
LO MEJOR PARA LA SOCIEDAD
Volviendo al estudio de la PI&ALP, los expertos dicen que los más exitosos comunicadores serán los que sean capaces de hacer ambas cosas y de saber cuál es el momento oportuno para usar sus habilidades.
"Es un arte que se está convirtiendo en algo tan valioso como la buena redacción", dijo Janet Sternberg, una profesora de Comunicación y Estudio de Medios en la Universidad Fordham en Nueva York, quien además es lingüista.
Mientras que otros especialistas, señalan que mediante los textos la conversación no es particularmente profunda y en eso consiste el problema.