![]()
Los dirigentes del mundo musulmán, reunidos en una cumbre extraordinaria en La Meca, se orientaban este martes por la noche hacia una suspensión de Siria en la Organización de la Conferencia Islámica (OCI), lo que acentuaría el aislamiento del régimen de Damasco.
Según un proyecto de comunicado final del que la AFP obtuvo una copia, la cumbre "aprueba la suspensión de adhesión de Siria a la OCI", una medida recomendada por la reunión ministerial preparatoria que se llevó a cabo el lunes en Yeda (oeste de Arabia Saudita).
Esta medida simbólica tiene por objetivo aislar aún más al régimen del presidente Bashar al Asad, cuyo país ya fue suspendido en noviembre de la Liga Árabe.
Irán, miembro de la OCI, hizo saber que se opondría a tal medida: "Estoy abiertamente en contra de la suspensión de un país", había declarado el lunes el ministro iraní de Relaciones Exteriores, Alí Akbar Salehi, agregando que "suspender a un país no significa acercarse a una solución del problema.
Actuando así quieren eludir el tema".
El proyecto de comunicado justifica la suspensión por el fracaso en la aplicación del plan de paz de seis puntos propuesto por el ex emisario internacional para Siria, Kofi Annan, y por la "obstinación de las autoridades sirias para seguir con la opción militar" para resolver la crisis.
La cumbre exhorta al régimen de Bashar al Asad a "cesar de manera inmediata todo acto de violencia" y defiende "la unidad de Siria, su soberanía, su independencia y su integridad territorial" según el texto.
En su discurso de apertura, el rey Abdalá de Arabia Saudita, que preside la cumbre, convocada con la esperanza de movilizar a los musulmanes a favor del levantamiento en Siria, no evocó el conflicto en ese país.
El rey Abdalá propuso no obstante la creación en Riad de un centro de diálogo entre sunitas y chiitas.
"Propongo la creación de un centro de diálogo entre las confesiones islámicas", declaró el soberano saudí, cuyo país encabeza a los sunitas, mayoritarios en el mundo musulmán, en presencia del presidente iraní Mahmud Ahmadinejad, cuyo país abandera a los chiitas.
Unos cuarenta jefes de Estado de los países árabes, africanos y asiáticos, miembros de la OCI que reagrupa a 57 países, participan de esta cumbre, que se lleva a cabo con la ausencia de Siria.Tras una breve sesión de apertura la cumbre continúa a puertas cerradas.
La cumbre, puesta bajo el signo de "la solidaridad", se lleva a cabo en el palacio real de Al-Safa en La Meca, primer lugar santo del islam, durante la "noche del destino" la más sagrada del mes de ayuno del Ramadán, en la que el Corán fue revelado al profeta Mahoma, según la tradición musulmana.
Al recibir los jefes de delegación, el rey Abdalá apareció rodeado del presidente iraní Mahmud Ahmadinejad, fiel aliado del régimen de Bashar al Asad, y del emir de Catar, jeque Hamad Ben Jalifa Al-Thani, ferviente partidario de la rebelión siria, según imágenes de la televisión estatal.